domingo, 24 de mayo de 2009

Carbón

Siempre digo que entre más natural sea una cosa es mejor, sea que comamos, que tomemos, que hagamos en general. Me sorprendo como en la vida diaria nos encontramos en condiciones meramente superficiales, cuando la propia tierra nos da la pauta para hacer algo diferente. A veces sólo pegados a estas maquinas (computadoras, ipod, etc) que algunos utilizan como si fuera una parte de su cuerpo, que si prescindieran de ellas quedarían sin cabeza. En ese sentido, imagino qué pasaría si de un momento a otro, dejaran de existir las computadoras, las televisiones y demás pendejadas. Tal vez sería mejor regresar a la época cavernicola y agarrar de las greñas a nuestras viejas y reproducirnos como locos, a ponernos a "cojer" no hay mas, comer carne de mamut y pelear con tigres dientes de sable.


Lo cierto es que aquéllas -me refiero a la tecnología- son indispensables en nuestra vida, vaya nos la hacen más fácil y placentera, pero bien utilizadas.


Regresando a la naturaleza, encontramos de vez en cuando personas que parecen estar plasmadas en el tiempo, que viven de acuerdo a la naturaleza, gente hermosa que no sabe más que otros ni menos, que comprende que vivir no es tener, poseer cosas, sino sólo servir a los demás, como carbones bien trabajados, por la tierra, el agua y el aire -mis carnales sabran a quien me refiero- pero son pocas muy pocas, en cambio nos acostumbramos a convivir en un mundo donde reina el poder, la corrupción y la violencia, donde ya no es seguro estar o no estar, ir o no ir, quedarse o no, donde nada ni nadie esta excento de algo que ocasione un perjuicio a él o a su familia, donde la calle es una jungla inicua, donde necesariamente necesitas de los billetes para sobrevivir y si nos los tienes, pues te chingas, mientras que los grandes poderes, los monopolios, te aplastan.

No cabe duda que por ello, es mejor no fanfarronear o dársela de muys muys, porque un día estas arriba y al otro abajo, tampoco es bueno -desde mi punto de vista- tener aires de terrateniente o de "mandamas" del pueblo, porqué, porque sencillamente el hombre es tan frágil que puede en un segundo perderlo todo.